
Vivimos en una época en la que cada vez es más habitual trabajar fuera de lo que ha sido, hasta la fecha, un entorno laboral al uso. Es por esta razón por la que los espacios de coworking han ido proliferando por nuestras ciudades, convirtiéndose en una opción cada vez más popular entre empresas y autónomos. El estar rodeados de un ambiente colaborativo, unido a un alquiler de espacio rentable, ha convertido al coworking en una estupenda manera de ayudar a mantenerse productivo. Sin embargo, no todo son ventajas en este tipo de lugares.
Es importante tener en cuenta los pros y los contras, antes de empezar a pensar en él como una alternativa a la oficina.
Ventajas de trabajar en un coworking
Ofrece la oportunidad de conectar con compañeros que pueden llegar a tener la misma profesión, o las mismas inquietudes que tú. Este tipo de lugares permite una colaboración más natural que los entornos de oficina tradicionales. ¿La razón? Su diseño de planta abierta o el hecho de que los equipos no están confinados en un espacio cerrado. Esto anima a la gente a moverse libremente entre los diferentes puestos de trabajo, compartiendo ideas y aprendiendo los unos de los otros de una forma más natural. Cada uno es capaz de aportar habilidades y recursos únicos, no tan solo proporcionando conocimientos, sino también otros puntos de vista.
Estos espacios son, habitualmente, un oasis para el desarrollo de ideas, ya que el ambiente de innovación y entusiasmo es a la vez muy motivador. En estos lugares se está siempre rodeado de profesionales con ganas de crecer. Su pasión y el interés sobre todos los proyectos, acostumbran a impulsar el crecimiento creativo. Formar parte de un coworking puede llegar a ser una forma estupenda de aprendizaje y colaboración.
Si los comparamos con las oficinas, los espacios colaborativos también suelen ser más rentables. Muchos de ellos ofrecen planes flexibles, lo que significa que se puede elegir durante cuánto tiempo somos miembros, así como el número de días a la semana en el que deseamos tener acceso a nuestro lugar de trabajo. Gracias a ellos, podemos adaptar nuestros gastos generales sin comprometernos al pago de un alquiler o a la compra de un local.
Para ayudar a impulsar la productividad y la creatividad, también es habitual que ofrezcan diferentes servicios e instalaciones únicas. Conexión por cable, WIFI, cafeterías, salas de reuniones, despachos individuales o compartidos, sesiones de intercambio de ideas, eventos, networking, talleres… ¡Incluso gimnasios o salas donde practicar yoga, durante las pausas para comer! Distintas ventajas a las que se pueden incluir descuentos o tarifas reducidas en alojamientos o restaurantes cercanos. Todas estas características contribuyen a crear un entorno cómodo en el que poder establecer contactos con los compañeros.
Pero, como todo en la vida, también hay cosas en contra…
… como la falta de privacidad. Los espacios de coworking están diseñados para fomentar la colaboración. Como consecuencia, puedes llegar a tener la sensación de ser constantemente observado por el resto de miembros. Esto es especialmente problemático para quienes trabajan con información sensible, o que tal vez necesiten un mayor nivel de privacidad en su trabajo. Además, también debemos tener en cuenta que este tipo de lugares no ofrecen niveles óptimos de ruido. En muchas ocasiones, puede llegar a ser complicado el hecho de concentrarnos. Si eres de los que tienen que trabajar en silencio, estos sitios no están hechos para ti.
Aunque es algo habitual que ocurra, tampoco hay ninguna garantía de que encontremos a compañeros de trabajo afines. Es posible que compartamos nuestra visión y objetivos con otros profesionales, pero debemos tener claro que estas personas no forman parte de nuestro proyecto. Es por esta razón, por la que pueden llegar a tener opiniones y enfoques opuestos a los nuestros, que pueden dar lugar a situaciones incómodas.
Tampoco te estamos animando a que entres en un coworking, te centres solo en ti y no tengas relación con nadie. ¡Nada más lejos de la realidad! Pero ten en cuenta que el resto de los que están allí pueden no llegar a compartir tus mismas ideas.
Por último, la mayoría de estos espacios no proporcionan continuidad a largo plazo. ¿Ofrecen contratos de alquiler flexibles? Sí, pero suelen tener acuerdos que se van renovando mes a mes. Así que si lo que estás buscando es tener una cierta estabilidad, tal vez deberías plantearte alquilar su propio espacio de oficina. Confiar en un espacio de trabajo compartido, en el que las normas y las políticas pueden cambiar de un mes para otro, tal vez no es lo que estés buscando.
El coworking puede ser una gran opción para autónomos y pequeñas empresas que, sin comprometer su privacidad, buscan aprovechar recursos compartidos. Rentabilidad, desarrollo de ideas, innovación, entusiasmo, colaboración… son solo algunas de sus ventajas. Sin embargo, es importante sopesar los pros y los contras antes de reservar cualquier lugar en un espacio colaborativo. Los niveles de ruido pueden no ser siempre óptimos para realizar determinadas tareas. Eso sin olvidar que, probablemente, la falta de compañeros con ideas afines a las nuestras puede dar pie a situaciones incómodas.
Teniendo en cuenta todo esto, si buscas soluciones a corto plazo o necesitas un contrato de alquiler flexible, los espacios de coworking pueden ajustarse perfectamente a tus necesidades.